Mi Ciudadania Celestial

Written on 02/04/2021
Iglesia Centro De Gloria


 

Partiendo de la premisa que somos un Espíritu, que tiene  un alma y que vive en un cuerpo desarrollare lo siguiente. 

 

Alma = Mente, voluntades, emociones, decisiones.

 

La mente humana nunca podrá penetrar el pensamiento Divino, acceder a la vida de la Palabra está reservado para los engendrados por Dios es decir los nacidos por el Espíritu, para el hombre de arriba, el celestial;  Dios  es espíritu y sus palabras son  espíritu y son vida, El alma por su función y diseño  está inhabilitada para procesar eternidad, se requiere que el nuevo hombre Creado según Dios en Justicia sea el que gestione Los asuntos del Reino. 

 

El hombre que no ha nacido del espíritu desde la óptica De Dios está muerto, realmente desde la mente De Dios el mundo es como un gran cementerio donde no hay Justo ni aún uno,  los Embajadores del Reino  estamos llamados a resucitar muertos y a discípular a los resucitados. 

 

2 Timoteo 1:10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.

 

Nicodemo quería y estaba dispuesto a entender a Jesús pero Jesús hablaba según el espíritu y de asuntos celestiales  y Nicodemo carecía De la capacidad de acceder a lo que Jesús le decía ya que su formación era religiosa y no del espíritu, por eso Jesús le dijo que si no nacía del espíritu no podía ser parte del  Reino. 

 

Todos somos nacidos de Agua (parto natural) pero tenemos que nacer del Espíritu. 

 

Apolos también era un predicador elocuente y poderoso en las escrituras pero necesito que Priscila y Aquila les expusieran más ampliamente  LA PALABRA es decir lo llevarán a un entendimiento celestial del Evangelio.

 

El hombre terrenal es cautivo de sus emociones, sentimientos, impulsos y circunstancias personales;  el hombre celestial se conduce por una vida y naturaleza que posee la capacidad de gobernar sobre emociones, sentimientos y todo asunto de carácter  circunstancial.

 

El hombre terrenal o almatico se conduce por la información que le proveen sus sentidos,  el hombre celestial se conduce por la información que emana de la vida del Cristo impartido que lo habita. 

 

1 Corintios 2:14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.

 

Si los edificadores tratan la Iglesia que su Ciudadanía y origen es Celestial como si fuera terrenal es decir en un orden de emociones, sentimientos, llevándolos a poner sus sueños personales por encima del propósito De Dios ellos entenderán que sus sueños, sentimientos y emociones es lo prioritario y no el Propósito eterno, si siguen habiendo ministros que tocan las emociones de las masas,  esas masas nunca podrán acceder al pensamiento Divino y se quedarán cautivos de sentimientos, impulsos y circunstancias terrenales.

 

Por otro lado mientras sigamos trabajando enfocados en nuestra asignación los  ministros que por una exposición seria de la Palabra de justicia, Gracia y a la luz de Jesucristo edifiquemos, lograremos imprimir en la mente de esta generación presente y las venideras una imagen nítida, exacta, certera e inequívoca de la vida Zoè, la vida del Reino e inspiraremos   a los  oyentes por nuestro ejemplo de vida a experimentar la vida del hijo que se nos ha impartido, entonces La tierra que gime esperando la manifestación de los hijos tendrá una respuesta a su clamor. 

 

Todos tenemos que tomar una decisión para elegir desde donde gestionar nuestra vida, alma o espíritu, hombre  terrenal o celestial, naturaleza divina o denominaciones, reglas y condiciones, gestionamos nuestra vida desde una religión o desde el Reino al que fuimos trasladados.

 

En el antiguo pacto Dios descendía y llenaba lugares, en el nuevo pacto Dios vino a vivir, a morar y a gobernar la tierra de nuestro corazón; si esto no lo entendemos, muchos seguiran tratando a los hombres celestiales como terrenales y  administrando las cosas celestiales como si fuesen naturales si esto no se corrige humanizaremos este glorioso evangelio,  eso sería una autoestafa  y una catástrofe generacional imperdonable. 

 

Nadie puede ir más allá de lo que entiende, por lo tanto somos desafiados a romper los esquemas y moldes de pensamientos terrenales y a vivir la plenitud del Hombre creado según Dios en Justicia, vivamos nuestra ciudadanía Celestial. 

 

Pastor Albert Pabón 

Valencia - España